Con alegría…
El ministerio de la hospitalidad se puede entender como el de la alegría. Los que recogen la limosna y los porteros invitan a todos a entrar en la alegría del Señor. Esto quiere decir que ellos mismos tienen que estar alegres. Eso a veces es más fácil unos días que otros. Algunos domingos puede que tengamos que hacer un esfuerzo para manifestar la alegría de Cristo; pero cuando lo hacemos nos beneficiamos tanto como aquellos a los que damos la bienvenida. Normalmente la conversación entre los congregantes y los conserjes es breve, especialmente cuando se acerca la hora de una celebración y el número de la gente que llega aumenta. Pero brevedad no es sinónimo de superficialidad.
…y esmero.
Si ves a alguien cuyo esposo está enfermo puedes preguntarle como está. Si saludas a alguien que está sin trabajo puedes preguntarle cómo está. Si das la bienvenida a alguien que ha perdido a un ser querido recientemente, le puedes ofrecer unas palabras de cariño. Si te encuentras con alguien que tiene un hijo en la universidad le puedes preguntar cómo le va. En otras palabras, la conversación más apropiada es la que dice "me importas tú y tus seres queridos". Este tipo de conversación evidencia el amor de Cristo, que nos une unos con otros. Es mucho más poderosa que una charla vacía sobre deporte o el tiempo.
Deberes de los conserjes antes de la llegada del pueblo
El trabajo del Ministerio de bienvenida comienza incluso antes de que lleguen los feligreses. La buena hospitalidad requiere atender el espacio físico en el que el pueblo será recibido. Cuando sabes que vas a tener visitas en casa, recoges, quitas el polvo y pasas la aspiradora para que tus invitados disfruten de su visita. Aunque no es propio de los que recogen la limosna que sean responsables de quitar el polvo, pasar la aspiradora o recoger cosas que dan una sensación de desorden en el espacio de encuentro, muchas veces se necesita que lo hagan. Los papeles de los que recogen la limosna y dan la bienvenida son cruciales para la congregación. Los que sirven en estas competencias tienen la capacidad de mejorar la experiencia de los que se reúnen para el culto. Como el Buen Pastor, revelan el amor de Dios entre nosotros y nos ayudan a ser más conscientes de ese amor. Que el Buen Pastor les dé fortaleza y sabiduría para servir a su rebaño en Su nombre.
¿Qué tengo que hacer para ser miembro del ministerio de la Hospitalidad?
Hay que cumplir unos requisitos para ser quien recoge la limosna o da la bienvenida:
• Estar inscrito como miembro de la parroquia y poseer la certificación de Call to Protect de la Diócesis.
• Ser miembro de la iglesia Católica, bautizado y confirmado, que recibe con regularidad la sagrada comunión.
• Ser una persona de confianza y responsable de sus deberes.
• Ser una persona simpática y extrovertida que tenga una presencia acogedora.
• Ser una persona capaz de adaptarse y de pensar en el momento en posibles cambios que se presentan.
• Asistir a las oportunidades de formación que ofrece Santa Ana.