Solemnidad de la Santísima Trinidad (Homilia)
mayo 22, 2016 1:00 p. m. · Sergio Muñoz Fita
Creo que hoy vamos a batir el record e homilia breve. Y diran: Por Que? Pues, al final de la Misa se lo cuento. Y miren que me gustaría compartir con Ustedes las lecturas de hoy porque la solemnidad de la Santísima Trinidad es una fiesta tremendamente importante. Es como el culmen de todo el año litúrgico. Después de la Pascua el derramamiento del Espíritu Santo, la iglesia quiere que contemplemos el misterio mismo de Dios, el misterio central de nuestra fe. El hecho de que Dios no esta solo, sino que es una familia, una comunidad de vida y de amor en al Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.
Yo creo, comentaba ayer en el misa de Sabado, que a veces tenemos una vision un poquito equivocada de la eternidad en el cielo, no? Nos parece como que nosotros vamos a tener a Dios allí delante y vamos a glorificarlo, estar toda la corte celestial con todos los ángeles, los santos, arrodillados ante El, dándole gloria, cantando sus alabanzas por toda la eternidad.
Y en realidad lo que Dios quiere para nosotros, no es que contemplemos la gloria de Dios desde afuera, sino que participemos interiormente de la vida misma de Dios. Quiere que ya desde ahora, pero sobre todo, en el paraíso, lleguemos a ser una sola cosa con El. La transformación tiene que llegar hasta el punto de poder decir como Sn Pablo: "Yo no vivo yo, es Cristo quien vie en mi." Y San Juan de la cruz, cuando habla del cambio, de la purificación, que el alma tiene que sufrir en esta vida para llegar a esta union total y definitiva y con Dios, tiene una expresión impressionante. Dice que cuando el alma ha llegado al ultimo grado de la transformación, dice el, literalmente, el alma mas parece Dios que alma.
Es decir, se llega a unir de tal forma con la voluntad de Dios, con el amor de Dios, con la vida intratrinitaria de Dios que llega ser una única realidad con el Señor. Y todos estamos llamados a esto. Que pena que teniendo un horizonte tan amplio, y habiendo sido llamados a una gloria tan grande, estemos empeñados en vivir con las manos y con el corazón encharcados en los bienes de este mundo que pasa.
Por tanto, hoy contemplamos el inicio de todo, el designio providente de Dios que quiso salir de si mismo para que pudiéramos conocerlo y llamarlo y también contemplamos el final del camino al que todos estamos llamados. A la comunión intima con el Señor.
Pues vamos a pedirle a Dios por la intercesión de nuestra madre, la virgen Maria que fue la obra maestra de la santísima trinidad que vivamos en esta vida de tal manera y busquemos la union con Dios con tal intensidad buscar primero el reino de Dios y su justicia. Y lo de mas se os dará por añadidura que un día merezcamos llegar a ese lugar el cual, siendo una sola realidad con Dios padre, hijo, y Espiritu Santo, le glorificaremos a El y El nos dará a participar, su misma gloria divina. Que asi sea.