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del 28 de marzo, 2021 |
Presupuesto de año a día: 1.380.500 $
Horario de Misas
- D: 7 am, 8:30 am, 10 am, 11:30 am, 1 pm (Esp), 3 pm (Trid/Lat), y 5:30 pm (Esp)
- L y M: 7 am, 12 pm, y 6:15pm (Esp)
- X: 7 am (Trid/Lat) y 12 pm
- J: 7 am, 12 pm, y 6:15 pm
- V: 7 am (Trid/Lat), 12 pm, y 6:15 pm
- S: 7 am, 3 pm, 4:30 pm, y 6:30 pm (Esp)
Horario de Confesiones
L y V: 3 p.m. a 6 p.m.
M, X, y J: 8:30 a.m. a 11:30 a.m.
S y D: No confesiones
- Adoración
- Jueves: 3 pm - La Hora de la Divina Misericordia- Adoración Perpetua 24/7, 365 días al año.
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El Ordinario de la Misa
Ritos iniciales
ANTÍFONA DE ENTRADA |
DE PIE |
ACTO PENITENCIAL
KYRIE
GLORIA
ORACIÓN COLECTA
Liturgia de la Palabra
PRIMERA LECTURA |
SENTADOS |
SALMO RESPONSORIAL
SEGUNDA LECTURA
EVANGELIO |
DE PIE |
HOMILÍA |
SENTADOS |
PROFESIÓN DE FE |
DE PIE |
Liturgia Eucarística
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS |
SENTADOS |
El celebrante se va al centro del altar y, de cara al pueblo, dice:
Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro, sea agradable a Dios,
Padre todopoderoso.
|
DE PIE |
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS |
PLEGARIA EUCARÍSTICA
CONSAGRACIÓN |
DE RODILLAS |
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA
POR VOSOTROS Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
DE PIE |
Rito de la comunión
DE PIE |
Rito de conclusión
Versión española de la 'III Edición Típica Latina Emendata' del Misal Romano
Música para la XXXII Sunday Ordinary Time
(Click here for the Masses in English / Haga clic aquí para las misas en inglés)
Gloria
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén.
Salmo Responsorial
“Mi alma esta sedienta de ti, Senor Dios mio”.
(normales) Salmo 62, 2. 3-4. 5-6. 7-8
R. Señor, mi alma tiene sed de ti.
Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco;
de ti sedienta está mi alma.
Señor, todo me ser te añora
como el suelo reseco añora el agua.
R. Señor, mi alma tiene sed de ti.
Para admirar tu gloria y tu poder,
con este afán te busco en tu santuario.
Pues mejor es tu amor que la existencia;
siempre, Señor, te alabarán mis labios.
R. Señor, mi alma tiene sed de ti.
Podré así bendecirte mientras viva
y levantar en oración mis manos.
De lo mejor saciará mi alma;
te alabaré con jubilosos labios.
R. Señor, mi alma tiene sed de ti.
Profesión de Fe
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros los hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
Se inclina levemente la cabeza en señal de respeto.
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre;
Se finaliza la inclinación de la cabeza.
y por nuestra causa fue crucificado en tiempos
de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado
y resucitó al tercer día según las Escrituras,
y subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.
Presentación de los regalos / Ofertorio
Con Amor te presento, Senor.
Con amor te presento Senor, lo major de mi vida,
te present Senor mi amistad, con amor te present Senor,
para ser mi manjar; la vina el racimo, el trigal,
el pan de mi hogar, te present con amor.
Con mis manos abiertas a Ti, contemplando tu lampara,
te present Senor mi esperanza; hacia a Ti se dirige mi barca,
hacia el cielo se va, es largo el camino el remar,
ruta Pascual, Dios me guia al caminar.
Tened encendida la lámpara
TENED ENCENDIDA LA LÁMPARA
SE ACERCA EL REDENTOR
ESTAD A LA ESPERA SI LLAMA
OÍD EN LA AURORA SU VOZ.
LOS HOMBRES LE ESPERAN,
PREPARAN SUS SENDAS
ADVIENTO ES LA AURORA DEL SOL
DESPIÉRTANOS, LEVÁNTANOS,
ENCIENDE NUESTRA ILUSIÓN.
1. El amado de mi alma
es mi esperanza
me despierta en la mañana
alegra el alba.
2. Confiad en las promesas
Él está muy cerca
manteneos a la espera
estad alerta.
Comunión
Yo Soy el Pan de Vida.
Yo soy el Pan de vida
El que viene a mi no tendrá hambre
El que cree en mi no tendrá sed
Nadie viene a mi, si el Padre no lo llama.
“YO LO RESU CITARE, YO LO RESU CITARE
YO LO RESUCITAREE, EL DÍA FINAL.”
El Pan que yo daré,
es mi Cuerpo, vida del mundo.
El que coma de mi carne tendrá vida eterna,
tendrá vida eterna.
Mientras no comas
el Cuerpo del hijo del hombre,
y bebas de su sangre, y bebas de su sangre,
no tendrás vida en ti.
Yo soy la resurrección. Yo soy la vida.
El que crea en mi aunque muriera
Tendrá vida eterna tendrá vida eterna.
Si, Señor, yo creo que tu eres el Cristo,
El Hijo de Dios, que vino al mundo
para salvarnos para salvarnos.
Oh Sagrado Convite.
Oh sagrado convite donde Cristo se da
el se da en comida.
Después de la comunión
SOLO HAY UNA COSA IMPORTANTE
Sólo hay una cosa importante,
sólo hay una cosa mejor:
conocer el Amor y el Amante,
conocer al que te conoció.
Sólo hay una cosa importante,
sólo hay una cosa mejor:
al final contemplar Su semblante,
y escuchar, al oído, su voz.
Sólo hay una cosa importante:
escuchar la Palabra de Dios,
caminar porque Él va delante,
y llevar esa cruz que Él llevó.
Sólo hay una cosa importante,
y es buscar siempre el Reino de Dios.
Lo demás se nos da por sobrante.
Todo es gracia, de Él todo es don;
todo es gracia, de Él todo es don.
ue te quiera
Pues aunque lo que espero lo esperara
Y los mismo que te quiero te quisiera
¿Que Ves en la Noche?
¿QUÉ VES EN LA NOCHE?
DINOS, CENTINELA
1. Dios como un almendro
con la flor despierta.
Dios que nunca duerme,
busca quien no duerma.
Y entre las diez vírgenes
sólo hay cinco en vela.
2. Gallos vigilantes
que en la noche alertan.
Quien negó tres veces,
otras tres confiesa.
Y pregona el llanto
lo que el miedo niega.
3. Muerto lo bajaban
a la tumba nueva;
nunca tan adentro
tuvo al sol la tierra.
Daba el monte gritos
piedra contra piedra.
4. Gloria en el sepulcro,
mueve Dios la piedra.
Se levanta el mundo
como un toro en vela.
No durmáis el alba,
Cristo está ya cerca.
Canción recesal
Salve Rociera
Dios te salve María
Del Rocío Señora
Luna, sol, norte y guía
Y Pastora celestial
Dios te salve María
Todo el pueblo te adora
Y repite a porfía
Como Tu no hay otra igual
¡Olé, olé, olé, olé ...
Al Rocío yo quiero volver
A cantarle a la Virgen con fe
Con un olé, olé, olé, olé ...
Dios te salve María
Manantial de dulzura
A tus pies noche y día
Te venimos a rezar
Dios te salve María
Un rosal de hermosura
Eres Tu, Madre mía,
De pureza virginal
Estribillo
Olé, Olé, Olé, Olé,
Olé, Olé, Olé, Olé y Olé,
Olé, Olé, Olé,
Al Rocío yo quiero volver
A cantarle a la Virgen con fe
Con un Olé y Olé, Olé…
Santa María de la Esperanza.
SANTA MARÍA DE LA ESPERANZA:
MANTÉN EL RITMO DE NUESTRA ESPERA,
MANTÉN EL RITMO DE NUESTRA ESPERA,
Nos diste al esperado de los tiempos
mil veces prometido en los profetas,
y nosotros de nuevo deseamos que vuelva
a repetirnos sus promesas.
Viviste con la cruz de la esperanza
tensando en el amor la larga espera;
y nosotros buscamos con los hombres
el nuevo amanecer de nuestra tierra.
Brillaste como aurora del gran día,
plantaba Dios tu tienda en nuestro suelo,
y nosotros soñamos con su vuelta
queremos la llegada de su Reino.
Esperaste cunado todos vacilaban,
el triunfo de Jesús sobre la muerte;
y nosotros esperamos que su vida
anime nuestro mundo para siempre.
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18 abr. 2021 - Tercer Domingo en Tiempo de Pascua (Homilía)
Tanto en la primera lectura de hoy como en el Evangelio aparece la palabra «testigos». San Pedro la utiliza en su primera predicación pública para expresar la misión fundamental de los Apóstoles: «disteis muerte al Autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos. De esto, nosotros somos testigos». Por su parte, en la conclusión del Evangelio, el Señor ha dicho a sus amigos: «vosotros sois testigos de esto». ¿De qué? En primer lugar, de los acontecimientos del misterio pascual: la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. En segundo lugar, de la Persona misma de Jesucristo y de su enseñanza íntegra, sin componendas.
Queridos hermanos, tal vez esta palabra de testigos nos incomoda un tanto, porque nos parece difícil poder aplicarla a nosotros mismos. Ciertamente, los apóstoles fueron testigos privilegiados porque estuvieron allí presencialmente. Sin duda, ellos son testigos cualificados y por eso son los fundamentos de lo que llamamos en la Iglesia la Sagrada Tradición apostólica. Nuestra fe se fundamente en la de aquellos pobres hombres que fueron vasijas de barro en las que el mundo pudo encontrar los tesoros de Dios.
Ahora bien, nosotros somos testigos también para el mundo de hoy. Un testigo es alguien que ha visto algo de lo que puede dar fe a otros. Por tanto, hay dos aspectos irrenunciables en el testimonio: primero, el hecho de haber estado presentes a los acontecimientos; después, anunciar esos hechos tal y como los hemos vivido.
¿Cómo podemos ser testigos de algo que no hemos visto? ¿Cómo podemos hablar de la resurrección si no hemos tocado el cuerpo glorioso del Señor? Sobre esto, quiero decir dos cosas: sí podemos y debemos dar testimonio de nuestro encuentro con Cristo. Como le sucedió a san Pablo camino de Damasco, también a nosotros nos ha salido al camino el Resucitado. ¡Jesús se deja ver y tocar también hoy!
Alguna vez he dicho lo siguiente: en nuestra vida, reconocemos dos tipos de personas. Unos son aquellos que hemos conocido pero que no nos afectan realmente o cuyo encuentro no nos ha cambiado realmente, de tal modo que podríamos decir: «mi vida sería prácticamente igual si no los hubiera conocido». El segundo tipo de personas lo forman aquellos cuyo encuentro nos ha transformado, aquellos sin los cuales nosotros nos seríamos quienes somos, hombres y mujeres que han tenido una incidencia, un impacto, y han dejado una huella en nosotros de tal envergadura que nuestra existencia sería otra completamente distinta sin ellos.
Desde esta perspectiva, puedo decir sin miedo a equivocarme que la Persona que más influencia ha tenido en mi vida es la Persona de Jesucristo. Sin Jesús, yo no sería yo. Sin Jesús, yo no estaría aquí. Sin Jesús, tampoco sería sacerdote. Mis categorías mentales, mis afectos, mi forma de ver el mundo, el sentido de lo que hago, mi forma de contemplarme a mí mismo, mi día a día, nada sería igual si yo no me hubiera encontrado con Cristo resucitado. Y de eso, yo también soy testigo. Y lo anuncio no como una cosa muerta, como un código de conducta impersonal y tedioso, sino como la mayor influencia de mi vida, como la Persona más decisiva, como la alegría mayor y mi única esperanza. De eso puedo hablar en primera persona.
La segunda cosa que deseaba decir es: en la Eucaristía, ¿no tocamos también nosotros verdaderamente el cuerpo del Señor? En la Santa Misa, ¿no come el Resucitado con nosotros como lo hemos visto comer con sus discípulos en el Evangelio de hoy? Las palabras de san Pedro en Pentecostés en las que afirma: «nosotros, que hemos comido y bebido con Él después de su Resurrección», ¿no podemos usarlas también nosotros que, en cada Misa, comemos y bebemos con Él y de Él mismo?
Por tanto, también nosotros somos testigos de la Resurrección. Cristo también come con nosotros todos los domingos y también a nosotros nos ha tocado y cambiado la vida. Ahora nos corresponde ser sus testigos en el mundo y guardar fidelidad al mensaje del Resucitado, que cualquier persona puede recibir si se arrepiente de sus pecados. El testigo ha de ser fiel en su testimonio porque, si adultera o cambia el mensaje recibido, si no guarda sus mandamientos como nos decía san Juan en la segunda lectura, entonces se convierte en un mentiroso y la verdad no está ya en él.
Finalmente, hay un último elemento del testimonio, y es la eclesialidad. Jesús y san Pedro usan la palabra en plural, testigos. Es verdad que cada uno es testigo de lo que ha vivido personalmente, pero también es cierto que no lo hace de manera aislada, sino en comunión con los hermanos en la fe. Es esa unión en el testimonio la que da fuerza a nuestro mensaje, la que atrae a un mundo dividido como el nuestro, la que ilumina en medio de la oscuridad. La comunión en la Iglesia es el mejor servicio que podemos prestar a los hombres de hoy.
Pidamos al Señor, pues, en esta santa Misa, la gracia del encuentro con Él, del cambio de vida y de la unión con los hermanos en la Iglesia. Pidamos ser testigos de lo que hemos experimentado personalmente, de lo que celebramos semanalmente, de lo que mueve nuestra vida diariamente. Y que así, todos puedan hallar en Cristo resucitado, único Redentor del hombre, el sentido, la alegría y la meta definitiva de la existencia humana.
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